Se define gasto cardíaco o
volumen minuto como la cantidad de sangre bombeada cada minuto por cada
ventrículo. De esta forma el flujo que circula por el circuito mayor o menor
corresponde a lo proyectado por el sistema de bombeo. Se calcula mediante el
producto del volumen sistólico, (volumen impulsado en cada latido cardíaco) por
la frecuencia cardiaca (número de latidos o ciclos cardíacos por minuto). Para
un individuo adulto medio, el gasto cardíaco se encuentra entre 5-6 litros/min,
aunque puede variar dependiendo, por ejemplo, de la actividad que se esté
realizando.
Regulación del gasto cardiaco:
La regulación de la función de
bombeo del corazón depende de forma directa de los valores de la frecuencia
cardiaca y del volumen sistólico. En el estudio de la regulación se diferencian
dos tipos: una regulación intrínseca, en la que intervienen factores
exclusivamente cardíacos, y una regulación extrínseca, determinada por la
acción de factores externos.
4.1.1 Regulación de la
frecuencia (efectos cronotrópicos):
Aunque el corazón tiene una
actividad rítmica intrínseca, existen factores externos a la estructura
cardiaca que pueden alterar esta frecuencia basal de contracción. Estos
factores son de naturaleza nerviosa y hormonal. El sistema nervioso autónomo, a
través de sus dos divisiones, simpático y parasimpático, modifica la frecuencia
cardiaca.
4.1.2 Regulación del
volumen sistólico (efectos inotrópicos)
El volumen sistólico es el
volumen de sangre impulsada por el ventrículo en cada latido, su valor viene
determinado fundamentalmente por la fuerza de contracción (contractilidad) del
músculo cardíaco. Los factores que afectan a esta propiedad se denominan
factores inotrópicos, y como en la frecuencia, se consideran positivos cuando
aumentan la contractilidad y negativos cuando la disminuyen.
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